lunes, 11 de febrero de 2008

Manual de código 1


Necesito con suma urgencia un dador RH+ que me explique los códigos de convivencia españoles en
1. Las barras de los bares
2. Los autobuses

Hace poco, una amiga local se ofreció a explicarme el 2. Cuando le conté que, para hacerme lugar en un bondi atestado de gente, decía con voz amable "permiso", se río y me explicó que no se usa esa expresión, que por eso nadie me hacía caso:

Tienes que empujar un poco, que el pasajero se sienta presionado por una humanidad, y casi de inmediato decir "perdona".

Así lo intenté y logré pasar hasta el fondo con toda la gravedad de mis abrigos y bolsos (en Pamplona, que un colectivo esté atestado es un milagro que sucede en la villavesas sólo a las 14 y a las 19 hs...los pamploneses no están acostumbrados al famoso al fondo por favorrrrrr, atrás hay lugar).

Esta mañana, sufrí todas las consecuencias de aplicar la misma regla en 1.

Agolpada, en barricada, la gente se queda tomando sus aperitivos tapando así la boca de comunicación entre los que no pidieron aún y las queridas camareras.

Aplico teoría nº 2: perdona, y avanzo lentamente.

Otro hombre, no el desplazado, que charlaba también en la barricada, me mira indignado:

Pero esto no se hace así. No se empuja a la gente para pedir las cosas (le temblaba la mano, se le caía el agua que servía).

Lo miro atónito. Me sale de adentro toda esa chulería/soberbia porteña que trato de ocultar y por la cual nos odian en el mundo entero:

Mire, no empujé a nadie. Si no se hacen a un lado (no puedo decir "si no se corren"),
no puedo pedir.


Por dentro casi me largo a llorar de vergüenza. Mis padres, que tan bien se esmeraron en educarme, y su hijita cabrona por ahí.

Don´t worry, me dijo la divina Angela de Washington DC y me siguió hablando en inglés para que nadie se enterase:

No empujaste a nadie...ese es un navarrense total. En el resto del mundo, se hace fila para pedir.





4 comentarios:

Raymunde dijo...

En principio, se supone que también aquí funciona esa regla según la cual si uno pide permiso, la gente se echa a un lado para conceder la gracia requerida (:P). Pero resulta que también aquí, como en todos los lados, existen excepciones de las reglas.
Y vos te topaste con una de esas excepciones: el bar de Bibliotecas de nuestra uni.
Estoy empezando a pensar que en ese recinto lo único que funciona es el mundo al revés, porque si no, es que no me explico muuuuuuuuuuuuuuuuuuchas cosas (vaya veranito nos han dado, ¿eh?)

Anónimo dijo...

Querida hermana,

Leer esto me hizo pensar en como vivo yo, aca en Washington, DC, el viajar diaramente en metro (o subte, como mas te guste).

Si bien por suerte, la mayoria de las veces cuando se abren la puerta la gente que esta en el anden espera que salga la gente que desea salir del tren, entrar y poder ir al medio del mismo para no tapar el acceso, es cuasi una odisea.

Si bien no es necesario empujar a nadie, parece que la mayoria de los pasajeros sufren de sordera temporal, ya que si bien uno dice Excuse me con un tono medio, hay que volver a repetirlo, esta vez con un tono mayor y tratando de no mostrar el acento extranjero.

Lo mejor que me resulto fue mirarlos a los ojos y, con un movimiento de cabeza hacia el lugar donde uno desea ir (o sea, el pasillo que esta totalmente vacio, mientras que la zona de las puertas esta repleto) se dice Excuse me firme, siempre se logra el objetivo.

En cuanto a los bares, no tengo mucha experiencia, pero las pocas veces que he ido, por suerte, la mayoria agarra su bebida y se va.

Y es cierto lo que dijo Angela, esperan en fila.

Saludos y nos estamos viendo.

Anónimo dijo...

El que protestaba, además de haber tenido una muy mala noche -seguro que tenía ojeras-, era un forastero. Ningún español reprocharía eso.

Anónimo dijo...

Con el tiempo descubrí que en el bondi o tren repleto, la gente se resiste a correrse porque hay más de un vivo que cuando ese alguien se corre (por ejemplo, tirándose un poco hacia adelante) se quedan justo atrás en vez de pasar, y entonces el amable no puede volver a su posición original, quedando más que incómodo.
Por eso he pensado una fórmula breve y polite para indicar al que le pido permiso que "voy allá", y no me quedaré allí.