miércoles, 3 de diciembre de 2008

Desde el locutorio

Hace unos meses que está del otro lado del mostrador. Ya me aprendí su nombre y, como empezamos con buen pie y todavía no tiene el humor de las otras chcias, siempre hay buena onda. Sirve rápido, te dice "bonita", cosas que, aunque ecuatorianas también, nunguna de las otras dicen. Yo le caigo bien, tal vez por mi sugerente panza. Pero ayer nos contó más de su historia: tiene uno de 13 y otro de 12. Hace 10 años que vive en España. Sólo hace dos que sus hijos están acá. Lo contaba rápido, como intentando avanzar y retroceder a la vez. Saqué unas cuentas ridículas: sí, toda su vida estuvieron con mi suegra. Ella no me los quería mandar. Ahora me cuesta darme cuenta que son mis hijos. Pero son míos, sí...son míos.



*ver el libro, de Nora Rodríguez.

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