Hay que hacerle caso a la propaganda estatal para ser un buen ciudano, ¿no es verdad? Por eso asumí enteramente mi responsabilidad cuando vi el cartel en la columna interior del gran edificio de la seguridad social uruguaya. El afiche mostraba a una viejita doblada sobre un cuaderno de renglones, con un lápiz vacilante en la mano. De fondo, una pared de escuela perdida en un rincón de Cerro Largo, por ejemplo. La leyenda decía:
Uruguay sin analfabetos tarea de todos.
La viejita dudaba con los trazos de su lápiz, pero yo no lo hice ni un instante: saqué mi pilot negra de la cartera y dibujé una preciosa coma (esa que reemplaza al verbo en casos como éste -este-, viejita, ministro de educación, señor que hace el cartel). Justo entonces tocó mi número en la pantalla digital, y oronda y feliz fui a entregar mis formularios.
3 comentarios:
Magistral.
Voy a tener una birome a mano para colocar los signos de apertura de exclamación o interrogación, que cada vez faltan más.
magistral.adhiero a juan en lo que dice. y magistral vos mae. besotes
rochi
¿Empezamos una revolución? Yo pienso declarar la guerra a las arrobas que buscan apaciguar a feministas y feministos.
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