Ayer, propiamente el día de San Fermín, hicimos una larga caminata por la ciudad con amigos, metiéndonos en el mar de gente, saludando a conocidos, mirando las atracciones y las ferias que invaden las calles y escuchando al pasar los conciertos al aire libre.
Todo es una fiesta, la ciudad explota. Imagínense: es como estar en la salida de un recital todo el tiempo y a lo largo de todos los barrios, algo así. Por la tarde nos agarró un poco la lluvia pero igual pudimos disfrutar de una verbena: un baile en público en una plaza donde hay animadores y una banda que toca jotas navarras y pasosdobles. Todo en un ambiente local y familiero, muy divertido. También hay verbenas jóvenes donde pasan música más de boliche, con dj invitados y grupos de rock.
A eso de las diez y media de la noche nos tiramos con la multitud en el césped del Parque de la Ciudadela para ver media hora de fuegos artificiales.
En la foto de la derecha, Grisel, Caro, Ann, Mechi y yo.
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