jueves, 30 de agosto de 2007

Playita y días de setas


El sábado empiezo una agenda nueva. Me la compré en unos chinos a precio ganga-mal y aunque suene loco, empieza el 1 de septimbre. Le dicen "agenda escolar". Ya tuve una así este año (o mejor dicho, el anterior y este, es decir 2006-7...en fin) y como si no me hubiese bastado la confusión de empezarla a tres meses de terminar el año civil, y sin poder romper la cadena monstruosa en la que ya entré y no podré salir, me compré otra más.
Acabo de pasar cumpleaños y aniversarios y feriados argentinos y preceptos españoles. Sobre los preceptos, son tantos y dependen de cada región, que por las dudas, tengo una lista ad hoc a la agenda. El año pasado estuve todo el día de la Virgen de Pilar con la duda. Nunca más. Al final, no era en Navarra, sino sólo en la provincia aragonesa de Zaragoza, y no sé si también en Huesca.

Septiembre está viniendo y empieza su zarandeo.
Con la "ilusión" por la vuelta a clases (según la publicidad del Corte Inglés (!!)...pobres españolitos), también llega la época de recogida de setas por los montes navarros, el chirrido de las valijas de los que vuelven a la uni después de Salou, los carteles de "busco chica/o para compartir piso", las estadísticas de muertos en la carretera, el último coletaje de las rebajas, la música a tope saliendo por las ventanas de los colegios mayores.

Nacho y yo, que no tuvimos verano ni vacaciones, miramos esto como quien perdió el bondi a dos metros de la parada. O mejor, la villavesa (los bondis de acá) que se te escapan aunque estés con la nariz pegada al vidrio de la puerta. El verano, después de tres meses de engaño, llegó el lunes de esta semana con la agobiadora temperatura de 38 grados. La locura climática nos hacen pasar del corderoy a la muscu en menos de tres días. Como venganza, nos vamos a tomar vacaciones en octubre o noviembre, para reafirmar nuestra protesta contra el sistema. O, según nuestro amigo Saralegui, para confirmar nuestra esencia "anarco-conservadora", tal como nos define según sus categorías -casi siempre- políticas.

El sábado estuvimos en San Sebastián (Donosti, hombree!) para quedarnos con un poco de sabor a playa. Donosti es una de las ciudades más lindas del mundo, de verdad (¿no es asi, Puchu?) Todo lo que le falta a esta pamplonica, lo tiene ella y le sobra. Es la hermana bonita que no hace más que darle sombra. Fuimos a la playa, nos calcinamos, nos metimos al agua fría del Cantábrico, tomamos helados y sol con amigos y volvimos derretidos, a subir a este valle (el valle de Iruña, sobre los Pirineos) donde "siempre es lunes y está de otoño".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te olvidaste de comentar que en Navarra están implantando una especie de 'registro' para recolectar setas. El motivo lo desconozco, pero es interesante ver la ridiculez de algunas de las chiquicientas cosas reguladas. Esto de las leyes forales (ergo, sólo pamplonicas) toma un sabor a intolerable...

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