martes, 11 de diciembre de 2007

Diciembre


Es el mejor mes del año, siempre lo dije. Un buen porcentaje de mis amigos cumplen en estos días. Bueno, también yo misma, como para no cantar como lo hacía no-voy-a-decir-quién, "soy la del cumple" los 30 días del mes.
La verdad que además de la Navidad, el Año Nuevo, los cumples, el verano (buaaaaa!!), ahora también se suma nuestro aniversario casamentil (si, ya un año!!).
Pero en Argentina, diciembre tiene peso de vacaciones necesitadas, de comidas de despedida, de cierre de cuentas, de exámenes y de papelitos tirados por los aires desde las ventanas de las oficinas. En una palabra, con el verano, el mar y la arena, viene el balance. Una costumbre que, creo, lo hacemos todos allá; a veces, internamente, a veces, entre familia y amigos. El balance es algo casi automático aunque no sé si es lo más adecuado para empezar cuando el cansancio es el primer matiz. De todas formas, es bueno el repaso por los meses idos y siempre, claro, la mirada ilusionada por los que vendrán.
Arriba, una tranquera, símbolo de los veranos de antes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Esa tranquera fue un golpe bajo (en el buen sentido)!

¡Felicitaciones por los múltiples aniversarios!