jueves, 17 de enero de 2008

Mirá quién habla


Luciana buscó la muerte sola.
¿Martínez?, ay...

Si un escritor nombra a un personaje "Valentina" y a las dos palabras dice que es una chica "valiente", si nos detiene en miles de explicaciones obvias sobre las cosas y no puede acortar ninguna palabra /lente/ por /lente de contacto/.
Citas cultas forzadas, metidas en medio de una charla larga y redundantes, focalizaciones adolescentes innecesarias (hablar de las lolas de una mujer durante el entierro de su hermana), tratar del azar para acercarse humanamente a Borges y ni por asomo.
Dicho así puede sonar interesante, pero les aseguro que no. Choca. Mantiene la intriga, y es inverosímil, hasta el final.
Bueno, al menos lo intenta.

Una buenísima: inserta en la novela esa noticia del 2005 del chino en bicicleta que quemaba mueblerías sin seguro para quebrar a sus dueños y así comprarles el local para sus supermercados. Mafia asiática. Salió en todos los medios locales. Me brotó una sonrisa de añoranza.

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