miércoles, 6 de febrero de 2008

Que te toque un pez


Mikel golpeaba la mesa con sus palabras, enfurecido con la gente que se mete en su vida, que opina sobre sus decisiones, que le retruca con el "no tienes dinero" o "eres demasiado joven" o "todavia, no".

Es que no se animan a decirme lo que piensan.
Opinan en contra porque ellos no quisieron hacerlo en su momento.


¡Esos consejos-no-pedidos!
Hay buena voluntad y alegría y confianza...y deseos de verte feliz. Pero también hay muchos miedos reflejados. Mucha intromisión.

Nadie te dio vela en este entierro

nos dan ganas de gritar. Por que tampoco hay que fundamentar y convencer al otro con nuestra opción.
Hoy, mientras empatizábamos con Mikel, me hice una promesa profunda: suspender mi juicio cuando alguien, dentro de 20 años, me venga a hablar del sueño que yo no quise elegir.

(En secreto: te confieso que no dejaría de hacer nada que en el futuro pueda reprochar indirectamente a nadie) Ojalá.

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