Falsa, es falsa como un dólar azul.
Au hablaba de esa chica con ahinco y desilusión. Cuando alguien que no es auténtico cruza tu vida, no pasa nada, te cae mal y punto. Pero cuando empieza a meterse en tu familia, duele más. Au habla de ella con conocimiento de causa y porque seguro se entrega con todas sus armas para quererla y aceptarla...pero no puede, porque no se deja querer.
Decir la verdad es más doloroso que escucharla, al menos eso es lo que sentí hoy. Y más cuando se la contás a alguien que querés y está lejos y no ves su cara, no ves sus gestos, no ves hacia dónde van tus palabras. Pero salva, siempre salva.
Las amigas nos dan esto: una experiencia de sinceridad en media hora y a oncemil kilómetros de mar.
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