Frente a esta mini-realidad, y con una panza cada vez más salida, me doy cuenta que lo mío no es estar del lado de la cosmética maternal, sino del mundo del chiquilinaje. Las charlas sobre lactancia y protectores mamarios llegan a saturarme. Me son útiles, pero no las soporto por más de unos minutos. En el fondo, creo que mi lado infantil nunca se deshizo del todo.
El domingo acarré a un par de amigos a un circo callejero e itinerante que se plantó toda la tarde en Huarte. Pecé desistió del evento al que clasificó de "insoportablemente hippie" (pa fastidiarme, claro). Yo me divertí a lo grande y me tiré al suelo con el resto de los enanos de entre 1 y 8 años. Me perdí los malabaristas, pero bailé la batucada colorida y me la pasé bomba con los saltimbanquis de la familia Rodríguez (tan gracioso ver cómo la música brasilera les sobra a los navarros por todos los costados...)
Por momentos, necesité una murga uruguaya, aunque no hay palabras para este sentimiento. Es algo que viene con mi estado, entre otra sarta de cosas muy raras: ya no tengo ganas locas de tomate con perejil, sino de ver pelis y llorar como si me hubieran cortado un dedo sin antesia. Todas las que miré esta semana, especialmente Fried Green Tomatoes - por 11º vez, el domingo- fueron víctimas de mi estado de ánimo. Salvaje. Aunque peores son los odios repentinos que atacan de 15 a 18, un día cualquiera.
Sé que todo esto viene con el cambio hormonal y con mis reflexiones sobre el parirás con dolor. Paso de ser chica, adolescente y menopáusica en un segundo. Aunque no parezca, son caras de la misma moneda: voy haciéndome madre y ser madre tiene mucho de envejecer y de querer siempre jugar.
5 comentarios:
Familia de saltimbanquis de Picasso.
Quizas me equivoque, pero no habia una reproduccion de ese cuadro en la casa de la abuela??
no me acordaba de que estuviera en la casa de abuela....este cuadro me hace acordar a un cuento que me regalaron a los 4 años: El circo o algo así, ilustrado con cuadros de Picasso.¿Será de ahí que te suena?
Tenes razonnnnnnnn....de ese libro....
Hay una sabrosa satisfacción en un espectáculo donde el techo es el cielo, donde uno elige su localidad. Cada Febrero me escapo a Boedo, a ver las murgas capitalinas, a ver bailar al murguero que nunca fui...
Carísimos críos: cuadro ciertamente complacido contemplo.
Cómo censurar cesos!!, cuál circo corro, comiendo coliflor, cerezas, carne...
"¡Caería, créemelo!"
CeCe
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