sábado, 11 de octubre de 2008

Vida útil

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Mòmo contaba que la farmacéutica de su pueblo juntaba remedios -sin vencer, claro- para mandarlos al Tercer Mundo. Lo decía con mucha soltura y los tercermundistas de la mesa nos sonreímos un poco. Mòmo sabe que no se me escapa ni una de estas... y le conté de la foto que sacó P. aquel febrero en que nos visitó: esa vez que se quedó alelada con la urna de cristal de las ópticas Chin-Chin que decía: "Done sus gafas viejas para el Tercer Mundo".

Pecé aseguró seriamente que por eso los presidentes africanos y americanos solían tener esos marcos cuadradotes y setentosos sobre sus narices. A ellos iban las donaciones de la óptica francesa, nomás. Todos coincidimos en la lógica de la deducción.

Al día siguiente, pesqué una emisión de Esta casa es una ruina. El programa consiste en hacer realidad el sueño de una familia "necesitada" que tiene una casa un poco venida a menos, más de tres hijos y no tiene dinero para actualizarla. La primera media hora del programa consistió en ver cómo el equipo y los obreros rompían la casa a martillazo limpio -digna, porque al menos, era de ladrillo- y hasta tiraban a la basura o hacían trizas televisores, mesas de luz, artefactos de baño en buen estado. Después, llamaban a decoradores, arquitectos y diseñadores y la dejaban nueva, con chiches innecesarios de un gusto moderno y dudoso.

No es que no me alegrara de esa familia con sus cuatrillizos, su madre inválida y su casa y auto nuevos, pero imaginé que en el tercer mundo todas esas cosas destruídas tendrían unos 10 o 20 años más de vida útil...
Fue como tirar pan sin besarlo o hacer comida de más para dejarla fenecer en la heladera.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Jé... pensé que buscarías alguna foto con gafas más... ¿cómo decirlo? ¿Anteojos Ghirettianos, tal vez? Claro, sólo entenderán quienes lo conozcan, pero son como de la década del setenta, del tipo que usaba Nixon.

mòmo dijo...

Bienvenida a la vida consumista: hablamos de reciclaje porque queda bien, pero nos damos al "tiro el viejo y me compro uno nuevo".

Ale's mom dijo...

Tu discurso me suena demasiado rojo, tan corazón de izquierda utópica latinoamericana... ¡fin al imperio! ¡fin a la colonia! jajajaja

Raymunde dijo...

Mira por dónde, volvemos a descubrirnos raíces comunes. Para mí, tirar la comida es pecado. Prefiero empacharme durante una semana con pasta de dudoso sabor antes de tirarlas. Los eternos tuppers tenían que tener un origen, ¿o no?

Anónimo dijo...

me recuerda a los días de "recogida de trastos" madrileños... Lo que se deja de manera impasible en las veredas permitiría montar una casa entera, pero no sólo en América sino también acá!!!
De hecho, muchos de nosotros amoblamos nuestra casa así... Eso cuando los gitanos nos dejan algo después de pasar con sus furgonetas a recoger lo abandonado... Viste? Siempre hay alguien que está peor...