Los lugares comunes son comunes porque son puras verdades. Ahora lo sé: todo lo que se dice de los hijos es verdad. "Que te cambia la vida, que es lo mejor que te puede pasar". Si.
Hay nuevos placeres, nuevas alegrías: la cabecita morochina vista desde atrás, con los pelitos moviéndose al compás de piernas y manos, mientras se cuelga de mi brazo. Sólo eso, esa cabeza, vale todo el peso del mundo en oro.
Y hay más alegrías: ese reencuentro con la música de la infancia, sepultada en los resortes del inconsciente, como la Ma. Elena Walsh que descubrí con sorpresa en un cd en el auto de mi amiga catalana...me salió una misma sonrisa al verlo como al reconocer casi todas las canciones y recordar sus letras enredadas, y las de Walter Yonsky (¡qué melancólico que era!, pero qué lindo!!), y volver a oírlas entendiéndo su criollismo detallista (como esos villancicos caraqueños, Gri, que te diste cuenta que eran venezolanos acá). Y cantárselas a mi Buda, mientras él se ríe y se sonríe, como si fuera lo más grande.
Todavía no se da cuenta, mi tierno, que siempre cambio las letras de las canciones, que hago mis versiones de todas las temas, que agrego coletitas líricas, esas por las que los chicos me cargaban -tiempo ha-, cuando yo entonaba como en una ópera "Carlos se vendió al barrio de Lanús, el barrio que lo vio crecer".
Ay, hijo, qué bueno que todavía no te das cuenta. Qué bueno.
3 comentarios:
Hey, el cd de María Elena Walsh es también culpa mía... como tantas cosas que cedí a Mòmo al darme cuenta de cuánto es en realidad 20 Kg. jeje.
Al escucharlo el otro día por enésima vez, Joana dijo: ¡Mamá, es Euge que canta!
Euge, que cierto lo que escribis.
Es mas, cuando volvi a escuchar el disco de Walter Yonsky, tambien me puse a cantar las letras y es increible como uno nunca se las olvida y hacia como 20 anios que no la escuchaba.
Lo que si, mas me asombra es escuchar una cancion punk en tono de opera...debe estar muy bueno....
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