Ya no se despide como si se le fuera la vida (porque mirar más a la gente o decir frasecitas graciosas no perpetúan el momento, como siempre pensó). Después de ayudar con valijas, encomiendas, limpieza general y cargar con un libraco de 8 kilos sobre los tesoros de Indias que no cabía en el bolso de mano, prefirió despedirse con tranquilidad, como-si-los-viera-mañana. No es lo mejor, porque por dentro: la procesión, la cofradía, la peregrinación masiva a Luján (sufriendo como un perro, chamba-guachafrita).
Ya tienen un plan de exilio en marcha. A ver si se les da.
Ya tienen un plan de exilio en marcha. A ver si se les da.
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