Agitaba al bebé en su brazo, mientras caminaba de acá para allá. Cerraba un cajón con el pie, apagaba la luz con el codo, abría la puerta con la oreja, mientras hablaba y gesticulaba con la mano derecha y el gurí saltaba y gorgojeaba, apoyado en el hueco de su cintura.
- Ay, yo te imaginaba así...- le dijo la recién llegada, a la vez que le daba un pañuelito para las babas infantiles- tal cual, como una indiecita pidiendo en el semáforo.
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