domingo, 20 de diciembre de 2009

Conciencia en pps


Durante tres años vimos representarse la pobreza en el power point de una parroquia. En las celebraciones, nos mostraban la cara de la cruda realidad a nosotros -los europeos acomodados y abrigados-, mediante una retórica del más allá negro, donde la gente se muere de hambre hasta desaparecer, donde hay enfermedades curables que no tienen medicamentos, donde se cometen todo tipo de atropellos humanos sin que nadie lo impida. A través de esas caras negras nos quisieron convencer de que el mundo se partía en dos más allá del estrecho, que no había fe sin solidaridad, y además, que debíamos pensar, mentar, recordar a esa gente. Por eso nos decían que no lleváramos ropa vieja para donar, que la pusiéramos en la basura. Por eso el párroco desafortunado llegó a decir "si tienen la costumbre de donar alimentos, vamos a permitir que sigan con la tradicion, pero no es necesario".

Poco tiempo después de esos gestos, tan lejanos a la Iglesia de verdad que conozco, todo se dio tanto la vuelta que hay horarios para recibir ropa cada jueves, campañas del kilo cada mes y los negros del power point fueron desapareciendo. El prójimo se volvió próximo: en el centro de la vieja Pamplona rebrotan carteles enmantados que gritan en un español tembloroso tengo hambre.

2 comentarios:

Javier de Navascués dijo...

Paradojas inexplicables para mí. O quizá es que algunos sólo somos solidarios de verdad cuando la pobreza está a la puerta y es Navidad.

Mae Ortiz dijo...

Creo que la intención de hacernos pensar en otros que viven peor, es válida; pero a la vez, muy artificial porque siempre hay gente necesitada alrededor y no sólo en África, que de paso, queda muy canchero pensar en África.