
Monstruos interiores son los miedos, por ejemplo, los que genera la inseguridad de mi ciudad. Ahí donde, después de las nueve de la noche, cruzábamos la calle que unía la avenida con la esquina de casa por el medio, a contramano y corriendo. Esa adolescencia condensada en el temor al violador imaginario, al villero drogado, al asaltante del cuchillo. Pero el horror interior desapareció en los últimos tiempos: cuando me volví a cruzar con gente de pinta rara o con cartoneros, no temblé como antes. Y eran las mismas calles y, tal vez, peores.
Mi hermana sabe que aunque Buenos Aires esté cada vez más selvática, el terror no nos puede paralizar. Pruebas de que todavía se debe confiar en la gente son su celular y su billetera desaparecidos por separado en una misma semana y reencontrados, por la buena voluntad ciudadana, a los pocos días.
Pienso en los temores que viven mis amigos acá y no tienen nada que ver con la delincuencia. Los monstruos locales son otros pero, sobre todo, uno: el miedo de los paisanos a los extranjeros. Las preguntas por nuestros futuros laborales ahora nos acechan graciosamente. Somos una amenaza, pero a la vez, nadie lo aceptaría (p. incorrect); ciertamente, de lo más normal. Es cómico el alivio que noto en sus ojos cuando cuento que me vuelvo. Al margen de que en rigor tampoco sea cierto, para algunos es tranquilidad.
Tiemblen: es más común de lo que creemos.
* Dibujo: monstruos tiernos de Maurice Sendak.
Mi hermana sabe que aunque Buenos Aires esté cada vez más selvática, el terror no nos puede paralizar. Pruebas de que todavía se debe confiar en la gente son su celular y su billetera desaparecidos por separado en una misma semana y reencontrados, por la buena voluntad ciudadana, a los pocos días.
Pienso en los temores que viven mis amigos acá y no tienen nada que ver con la delincuencia. Los monstruos locales son otros pero, sobre todo, uno: el miedo de los paisanos a los extranjeros. Las preguntas por nuestros futuros laborales ahora nos acechan graciosamente. Somos una amenaza, pero a la vez, nadie lo aceptaría (p. incorrect); ciertamente, de lo más normal. Es cómico el alivio que noto en sus ojos cuando cuento que me vuelvo. Al margen de que en rigor tampoco sea cierto, para algunos es tranquilidad.
Tiemblen: es más común de lo que creemos.
* Dibujo: monstruos tiernos de Maurice Sendak.
10 comentarios:
¿Tranquilidad para quién? A mí no me tranquiliza que todos os marchéis...
Hola, Mae, siento la imagen xenófoba que te hemos dado los españoles. No sé cuál habrá sido tu experiencia, pero yo diría que la sociedad española distingue entre un pobre ecuatoriano (indio de raza, que viene a poner ladrillos, y al que los españoles ricos desprecian por su raza y los españoles pobres odian porque ocupa una plaza en la guardería pública o recibe una ayuda de la asistencia pública) y una señora argentina, supongo que blanca, filóloga, que viene a hacer una tesis. No sé, como digo, cuál habrá sido tu experiencia, pero quiero pensar que habrás sido tratada con respeto, sin las vejaciones que muchas veces se hacen al pobre indio ecuatoriano.
Siento mucho si un solo español ha sentido alivio cuando le has dicho que te volvías a tu país, eso habría sido algo horrible, espero que no haya ocurrido.
Para algunos. En la charla de donde surgió esta entrada, hubo nombres y apellidos. Casos reales, televisión verdad.
Qué fuerte! Me impresiona porque estoy totalmente de acuerdo. Si te contara las charlas informales en la UCM, en el Congreso, en foros amiguiles...!! Ya nos contarás el tipo de mirada de los yoruguas.
Flora: ya veo. No somos los únicos.
Fernando: Yo también soy una que ocupa una plaza en la guardería pública y en el servicio de salud, igual que tantos, al margen de actividades y colores. El otro día fuimos con una amiga local a una oficina pública y ella se quedó impresionada de cómo que me trataron de tonta, extranjera e inmigrante. Lamento, pero para muchas cosas a todos nos tratan igual. Y por el lado de la amenaza, lo veo normal. Eso pasó en mi país en otras épocas (algo que quedó bien registrado en la literatura, por cierto) y me parece muy comprensible que se le tema al ajeno. Lo curioso es que en el discurso general se plantea la tolerancia, pero no es para nada así.
Corrijo: quise decir antes, "de tonta y extranjera ignorante".
Hola, Mae, siento que alguna vez (o muchas) te hayas podido sentir discriminada o despreciada en España. Ya te comenté que yo, en Madrid, he visto mucha vejaciones a los inmigrantes indios, pero nunca a los argentinos o chilenos de raza blanca. Lo lamento, pues.
Y, ya puestos, aprovecho para felicitarte la Navidad y para desearte un buen año 2010, a ver si te ponen un cum laude en la tesis.
Gracias, Fernando! La defensa ya fue hace diez días y llegó el cum laude.
¡¡Enhorabuena!!
Creo que es muy entendible, sobre todo en una Espania (perdon, pero tengo teclado en ingles) con un 20% de desocupacion.
Y el miedo surge de la inseguridad, en estos casos PUEDE ser o por un sentimiento de inferioridad o por un miedo a tener que lucharla mas.
No creo que sea con maldad. Quizas si la situacion economica fuera otra, no verias estos miedos.
Y en relacion al trato al extranjero, viviendo en un pais sajon es mas evidente, pero tambien recuerdo la actitud del empleado publico argentino y demas argentinos, frente al extranjero, con el cual haciamos lo mismo. No todos, pero si muchos.
No espero un cambio en ninguna sociedad porque un cambio de actitud, es muy dificil, si espero y me alegra, cuando las personas reconocen esa actitud.
Es como siempre, cuando las cosas estan bien, BIENVENIDO A TODO EL MUNDO, cuando las cosas estan mal...CUANDO TE VAS A IR????
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