lunes, 19 de noviembre de 2007

El guía del Hermitage


En la noche más fría de Pamplona, nos metimos en la roji-gualda sala del teatro Gayarre y disfrutamos, con Nacho y tres compañeros de teatro, de la obra en la que resonaron dos acentos argentinos: Federico Lupi y Manuel Callau. La función se sostuvo durante casi dos horas con un escenario único, tres actores multifacéticos y un juego de luces brillante que creaba espacios como paredes. Sostener la obra con sólo la palabra fue soberbio. Y la invención de los cuadros, una maravilla. De todas maneras, no logró atrapar toda mi atención pero si desparramó la emoción contenida de Mayte y una muy buena primera experiencia con las tablas para Tato. Después, recorrido de copas guiados por las pamplonicas del grupo y una charla muy copada, muy personal con todos, hasta cerrar los bares. Volvimos en el bondi de la madrugada con más de 50 jóvenes ebrios tiritando, -4º de temperatura y una alegría en el corazón.

No hay comentarios.: