lunes, 25 de febrero de 2008

Clarice y la pesca


Escribir es una maldición que salva. Es una maldición porque obliga y arrastra como un vicio penoso del cual es imposible librarse. Y es una salvación porque salva el día que se vive y que nunca se entiende a menos que se escriba

dijo Clarice Lispector, subiendo el mentón y con las manos caldeadas como la habitación en llamas de Barton Fink.
Todo el misterio del mundo: la salvación y esa entrelínea maldita que se pesca con la palabra-carnada:
Cuando esa no-palabra, la entrelínea, muerde la carnada, algo se escribió.



2 comentarios:

Andanhos dijo...

¡Qué ilusión me ha hecho encontrar a Clarice Lispector aquí!
Un beso.

Mae Ortiz dijo...

Sí, Liege, soy fan! Lástima que todavía no me animé a leerla en portugués.