lunes, 7 de abril de 2008

Como la cebolla hace llorar


El viaje de Copperpot da vueltas hace días en mi mp3 (eufemismo, no tengo) y en mi cabeza. Recrea un mundo decididamente pop y con unas reminiscencias de canción infantil.

En su órbita, vi ayer Juno, la peli de la adolescente embarazada que tan bien cayó a todo el mundo. Me gustó, está bien, es linda, por momento, entrañable. Falta un poquito más de profundización psicológica, a mi ver, pero funciona. Como un folletín del XIX, tiene su ritmo y sus elementos cliché, pero en la base de esta estructura popular y facilonga, nos tira varios temas: un embarazo no deseado, una familia no perfecta, un colegio yanqui lleno de sus prototipos nefastos, y el nudo (la decisión de no abortar, la adopción), vistos de una manera conservadora y no-ñoña, al fin.

Ella es una chica, una nena, que parece aceptar como puede lo que le tocó y, en definitiva, decidió. Y muestra con realismo una situación: adolescentes que son sexualmente activos (como parodian en la peli) porque se aburren y así, pasan el tiempo. De hecho, Juno queda embarazada de su amigo de la banda de rock. Un relámpago de verdad, más común de lo que imaginamos. Pero más allá de la temática, bien abordada, alejada del tópico "situación-tragedia", me gustó el nivel literario del relato. Sorprendente, todo empezó por un blog.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mae amiga, a mí me gustó el nivel literario del realot, como bien decís, porque ese nivel está filtrado por la óptica de Juno sobre todos los tópicos que se recorren. En esto el guión es excelente. Aguanten los blog s cinematografiados!!! Besos

Raymunde dijo...

¿Con qué blog empezó la peli?

Estoy de acuerdo en que el hecho de que sea la perspectiva de la nena la encargada de llevarnos por la historia es lo que hace que la peli sea diferente, en el buen sentido que se otorga a la diferencia.

Debo pinchos y cafés. Estoy dispuesta a que se me cobren en cualquier momento.