
La primera no es memorable porque me acuerdo muy poco, la verdad, y lo más vergonzoso es que fue sólo hace diez años. Me acordaba, claro que sí, de detalles muy tontos como del aeropuerto de Bologna, que entonces estaba en obras de extensión, y del francobollo.
En el 2000, del trayecto en tren Bologna-Roma me quedaron sin ver dos estaciones y sus respectivas ciudades, Florencia y Arezzo, y como en un anillo vital, diez años después, pude bajarme en ellas. Aquel cuatrimestre cursaba la asginatura de literatura italiana, por la que entonces deliraba, y así el viaje prometía bastante para tocar y respirar todo lo estudiado; pero el tipo de excursión en convoy, durmiendo en el suelo de una parroquia y con gorros amarillos, no propiciaba un encuentro muy distendido con el arte. El mundo cultural se aprecia a pie, despacio y yendo con poca gente.
De todo lo aprendido en aquella materia me acordaba muy poco esta vez, y así dos especialistas en renacimiento con los que paseaba compensaron mis lagunas como océanos. Darme cuenta de todo lo que supe y ya se olvidó me dio un frágil malhumor, pero dicen que el conocimiento nunca se pierde sino que se transforma, así que sé que haberme quedado idiota frente a las celdas del Angelico en San Marco, o en los Uffici, con sus mujeres curiosamente victorianas o con la virgen de las cosquillas, tiene que ver, sin duda, con esto.
En Arezzo básicamente almorzamos, pero también busqué las huellas de Guittone de Arezzo, un poeta menor precursor de Petrarca y Dante que me quedó grabado. No encontré ni su tumba ni su calle, pero conocí una ciudad señorial como pocas, con un belvedere y una plaza central (donde se filmó La vida es bella) increíbles, compré una cuchara-pala de madera para la yerba mate, y llamé "puente" a un aljibe.
En esta ciudad entendí demasiadas cosas y una típicamente latinoamericana: las vistas, los puntos de fuga y la línea de horizonte de las obras renacentistas son paisajes que existen de verdad.
4 comentarios:
Bueno, bienvenida, supongo. ¿No viste nada de Piero della Francesca?
A mí también me encantaba el güelfo de Guittone y su trobar clus! No por Italiana (me tocó siglo XX) sino porque mi papá tenía una extraña copia de las Rimas. Qué lindo viaje Mae! Me encanta leer tus crónicas. Besos y nos vemos pronto presto!
Javier: sí, vimos a Piero, pero no me llamó especialmente la atención. Fra Angelico le gano, para mi sorpresa, a todos.
Melusín: presto pronta polenta,
¿te acordás? Se hacía en un minuto. Cómo se te nota el Lanzelotti...
Cosa posso fare... jejeje? Baci
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