Estrada por Zuviría (nuevos fichajes de la memoria)

La hemeroteca de la Biblioteca Nacional Argentina acaba de cambiar de nombre. Hasta este mes llevaba el de su antigo director, Gustavo Martínez Zuviría, más conocido por el seudónimo de Hugo Wast. Zuviría era católico y tenía sus opiniones con respecto a los judíos, lo que hoy se denomina antisemitismo y que en su época era tolerado como actitud de un cruzado cristiano. Al igual que el marxismo, el judaísmo era un tema sensible para aquellos que conformaban la iglesia o la Acción Católica en la primera mitad del siglo XX en Argentina y en el mundo. Wast reflejó su visión sobre los judíos en más de una novela (muy leídas en su época), todas escritas antes de que se conociera el horror del Holocausto. Con la remoción, por supuesto, se valoran los veinte años de excelente gestión de Zuviría, pero es intolerable que aparezca su nombre honrando el dintel de la prensa nacional.

La memoria histórica impera: se aprobó el cambio de nombre de la hemeroteca por el de Ezequiel Martínez Estrada, en principio, menos terrible y polémico. Eso, hasta que le encontremos nuevas pulgas, afiliaciones al peronismo (cuando gobierne la oposición, aunque era anti-peronista), cercanía con el golpe del 55, una prima hermana monja, un certificado de comunión no caduco, una carta de amor inconclusa al Imperio.