No sé usar libretas. Me encanta comprarlas, que me las regalen, coleccionarlas, vicharlas en cada negocio que las exhibe, pero no tengo ninguna disciplina con ellas. Las empiezo a usar, las separo en secciones, y después no las respeto. No sé en cuál anoté qué cosa. Mi moleskine negrita, la última joya traída de la librería blanca de la Unav, anda rebotando por toda la casa y ya no sé dónde está. Pienso en E. Shaw, por ejemplo, y la preciosa costumbre de tomar notas, cual bolsa de gatos, en sus libretitas negras. Ahí ponía un todo revuelto, desde la cotización del día hasta "comprarle flores a Cecilia". Por supuesto, los escritores y sus libretas, los arquitectos y los blocs, todo aquel que se precie de creador -de ideas, de formas, de luces- anda con una a cuestas. Yo lo he intentado, y ellas se me escapan, salen corriendo al ver mi desorden.
Una vez tuve una libreta a la que llamé "la berenjena", que tenía esta verdura en la tapa. No la terminé de usar. Mi madre, que me lee casi siempre, debe estar pensado en la serie de cuadernos escritos de adelante pa´trás que duermen en una repisa del armario de su casa. Madre: no lo recuerdes. Estarán juntando polvo, pero son memoria. Toda la que ahora no tengo.
Hay épocas en las que prima la agenda y la rectangular cuadratura de los días desplaza a los espacios abiertos de la hoja en blanco. El semestre pasado fue así.
Pero hace cosa de un mes, otra manía desplazó la de los anotadores: me compré una pizarra para usar con marcadores. Puse una en la cocina de casa. Viene a ser una libreta colectiva, pero deleble, así que no me gusta tanto. Sin embargo, y antes que nada, es muy útil para el día a día. Lo que está ahí no se puede olvidar. Ahí van meriendas, cuartos para limpiar y días, lista de la compra y direcciones útiles. También mensajes subliminales que aquél no termina de entender. Una especie de tabla estratégica de coordenadas familiares. Tan bueno está el implemento que ya hay vecinos que nos han imitado.
3 comentarios:
Uh, no está mal, eh.
Le viá preguntar a M. si le gusta.
A mi me gusta, pero no voy a dejar mi cuadernito...je! Yo curto imanes con papelitos sobre heladera -nada recomendable-.
Cómo me sentí identificada con este post, Euge! jaja. Además, también tengo una moleskine negra de troa perdida por ahí, jaja!besote
Publicar un comentario