jueves, 28 de febrero de 2008

Raptos fuera de tiempo



Una luna amarilla y nublada subía detrás de los monoblocks, vibrando con la banda de rock del centro Gaztetxea. Adolescentes en viernes. Botellón. Los dos, caminando con destino:

- ¡Mirá la luna!, me salió sonriente.
- Te la regalo...- un arrojo de romanticismo extemporáneo me respondió al instante.
- ay...
- Pero mañana devolvéla, que le toca a un novio costarricense.

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- Estas natillas me suenan....creo que ya las comí alguna vez en mi vida.
- Pero, no creo, las natillas no se comen en Arg...
- ¡Ahhhhhhhhhhhhhh!
Y llegó el reconocimiento fulminante, después de dos años de vivir en España:

- ¡Las cremas! ¡Las cremas (en soperas blancas y visos azules) de la abuela Angelita!!
¡Eran esto!

4 comentarios:

Lady Kelvin dijo...

Si señor! "Cremita" le decíamos nosotros a eso mismo cuando eramos chicos. Todavía las hace mi vieja, con maizena, leche y caramelo. No sé si hablamos de lo mismo.
Hace un par de años, en un restaurant en MAr del Plata, descubrí que le decían natilla. Ahora cada vez que me quiero hacer la exótica, las llamo así. Pero mi mamá me sigue haciendo "cremitas". Ni enterada está de mi globalización.

Anónimo dijo...

A ver...no se acuerda quien te dijo eso que recibimos mas de un millon de españoles en Argentina????


Alguno habra hecho natilla, o la crema de la abuela, como deciamos nosotros.

La diferencia con la crema de la abuela es que a la natilla le suelen poner canela y creo que la abuela no le ponia.

Andanhos dijo...

No te preocupes, Euge, que no me molestas para nada. Los ruidos eran otros...
Yo también quiero la luna. Nunca me la han dado. :(
Besos.

Raymunde dijo...

Brotes de romanticismo extemporal, del otro lado del mundo conocido, en el hemisferio norte de un planeta borrachín. Bonito..